El otro día viví en mis propias carnes algo de lo que ya escribí
hace tiempo pero trasladado al mundo deportivo. Me plantee hacer un
entrenamiento exigente manteniendo la intensidad durante algo más de veinte
minutos, me di cuenta de lo importante que es la cabeza para ser capaces de
esforzarnos y a su vez me di cuenta que cuando dentro del esfuerzo me planteaba
retos cortos me resultaba más fácil mantener la intensidad. Es decir me
esforzaba en dar lo máximo de mi, o llegar a unas metas cercanas de un minuto,
al superar ese minuto me planteaba seguir un minuto más, y así hasta llegar a
los veinte, resultándome infinitamente más asequible de lo que sería para mi si
me planteo una meta de veinte minutos de inicio. Ahora pasándolo a la vida
cotidiana creo que plantearse metas cercanas y asequibles nos permite conseguir
metas que a priori podían llegar a parecernos inalcanzable.
En mi vida ya me he planteado cosas que me parecía estar muy
lejos y después de un tiempo están conseguidas y separadísimas.
Mucho ánimo en vuestras metas, no os deis por vencidos y
recordar que el fracaso no existe simplemente hemos tratado de anticipar el éxito.